Hacer un buen mantenimiento al coche puede alargar su vida útil. Sin embargo, el hecho de no prestar suficiente atención a su cuidado puede salir, por el contrario, muy caro. La correa de distribución, repostar el combustible erróneo y no vigilar los niveles de aceite o del líquido refrigerante son algunos de los descuidos más habituales que ocasionan graves daños al vehículo.
Según estudios del sector, los españoles gastamos 85 euros mensuales en conservar el vehículo en buen estado. Lo cierto es que hacer un buen mantenimiento al coche contribuye a alargar su vida útil. Pero no todos los conductores tienen esa especial dedicación en su conservación. A veces, algunos despistes como confundirse de combustible al repostar pueden provocar graves daños al vehículo y, por consecuencia, al bolsillo.
Desde Autingo, la primera plataforma que calcula el precio de las reparaciones del coche y acto seguido reservar cita online en talleres de confianza de toda España, han hecho una recopilación de los seis descuidos en el mantenimiento del coche que pueden salir muy caros y han calculado el coste de cada reparación a través de su plataforma.
La correa de distribución
Es una de las piezas vitales para el funcionamiento del vehículo y si no se presta una minuciosa atención en su mantenimiento es la más cara de reparar si se rompe. Según el coche, su uso y el ambiente en el que se mueve, se aconseja cambiar la correa de distribución al alcanzar entre los 80.000 y 120.000kms o cada cinco años.
Repostar gasolina en un coche diésel
Puede parecer una tontería e incluso impensable que esto pueda llegar a pasar. Pero a veces, ya sea porque vamos con prisas o pensando en otras cosas, resulta muy sencillo equivocarse de manguera o surtidor y repostar el combustible erróneo.
Agua en el depósito del combustible
Éste es un problema que no ocurre muy a menudo, pero requiere fijar especial atención en ello para resolverlo de manera inmediata. Su origen puede ser por no haber cerrado bien la tapa superior de combustible o que entrara agua durante el último repostaje. Las consecuencias pueden ser fatales provocando la oxidación del depósito, daños en el filtro e inyectores de combustible o incluso arruinar el pivote del inyector.
Exceso de aceite en el motor
Muchos llevan a raja tabla ese típico dicho de ‘cuánto más, mejor’, pero en el caso del aceite del coche esto es contraproducente. El exceso de aceite en el motor puede llevar a que éste salpique a los cilindros y por consecuencia se queme más aceite de lo normal, pudiendo alcanzar la cámara de combustión.
Sin aceite en el motor
Tan malo es el exceso como quedarse sin aceite en el motor. Gracias al uso del aceite lubricante, las piezas móviles del motor pueden soportar grandes esfuerzos sin sufrir fundiciones, roturas o fisuras por culpa del rozamiento o las elevadas presiones. Controlar asidua mente los niveles de aceite previene de graves daños, dependiendo del modelo del coche. Pero cuando el motor se queda sin aceite y no nos hemos molestado en revisarlo, todas esas piezas que son vitales para su funcionamiento pierden su lubricación y, en consecuencia, el motor se gripa.
Quedarse sin líquido refrigerante
Este elemento es vital si queremos que el motor de nuestro coche siga con vida. El líquido refrigerante, como bien indica su nombre, sirve para refrigerar el motor y que éste no se sobre caliente, evita la corrosión, si es anticongelante lo protege de las bajas temperaturas exteriores, y también previene las formaciones calcáreas. Lo mejor es revisar con asiduidad los niveles del líquido refrigerante y si es necesario. En cambio, si no prestamos atención a que el depósito nunca se quede sin este líquido puede calentarse y ocasionar la rotura de la culata.